Los que recuerdan la visita que hicimos a Teotihuacán y cómo el guía nos mostraba la misteriosa manera como el sonido de un aplauso se asemejaba al graznido de un ave, o también cómo una persona podía seguir escuchando nuestra voz a pesar de que se encontraba muy lejos, échenle un ojo a este artículo, que trata sobre el barrido del quetzal, efecto acústico mejor conocido como difracción de Bragg.
http://www.iifl.unam.mx/html-docs/cult-maya/32/claragarza.pdf
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